Hacía mucho calor allí, todos bebíamos té rojo. No parábamos de liar y fumar cigarrillos ya que estábamos en casa, uno de los pocos sitios donde todavía se puede fumar. Daba igual si callábamos, si hablábamos o de qué lo hacíamos. Nada nos importaba más que estar todos juntos.
Aún así algunos guardaban cierta distancia con el resto, había algo que no les dejaba entregarse por completo al grupo, que coartaba su libertad. Estábamos todos juntos pero no revueltos.
Aún así algunos guardaban cierta distancia con el resto, había algo que no les dejaba entregarse por completo al grupo, que coartaba su libertad. Estábamos todos juntos pero no revueltos.
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